domingo, 30 de junio de 2013

Llega un momento en el que uno se cansa.

Un momento en el que uno se harta de ser linchado públicamente por un pasquín digital amarillista que se dedica a lanzar acusaciones a diestro y siniestro basándose en e-mails anónimos o direcciones IP cuando ninguna de esas pruebas pueden ser válidas en un juicio.

Son las cosas que tiene el poder. Cuando tienes una página web con miles de visitas mensuales, puedes aprovechar tu poder para cargar tus tintas contra quien te dé la gana. Si adoptas las precauciones adecuadas, ni siquiera tienes que enfrentarte a que te denuncien por calumnia o difamación. Y además, como eres el dueño de la web, puedes publicar (o no publicar) lo que te dé la real gana. Puedes ocultar información. Puedes mentir lisa y llanamente y acusar sin pruebas. Puedes contar todo aquello que es favorable a tu versión y "olvidarte" de contar aquello que no te conviene.

Por eso surge este blog. Porque después de leer mi nombre varias veces he decidido contar no solamente mi versión de los hechos, sino también muchas otras cosas que poca gente conoce y pueden perfectamente encajar en un caso de abuso de autoridad, una falta muy grave regulada por el mismo Comité de Disciplina. Explicaré como desde su situación de poder "mueve sus hilos" para intentar incluirme en cualquier situación conflicitiva y excluirme en aquellas otras en las que tengo derecho a participar.

Iré poco a poco, porque tengo muchísimas cosas que contar. Iré punto por punto y hablaré absolutamente de todo. Iré refutando las falsas acusaciones -insisto, sin pruebas- que lanza hacia mi persona y al mismo tiempo contaré unas cuantas cosas más, hasta llegar al origen de todo.

Que tengáis un buen día.