miércoles, 3 de julio de 2013

Juegos de guerra

Quiero comenzar el post agradeciendo todas las felicitaciones y las muestras de apoyo que me habéis hecho llegar en privado por mi blog y por la obtención de la norma de MI. Comprendo perfectamente que sean en privado, a nadie le gusta enfrentarse al poder.

Y espero no decepecionaros si hago un pequeño paréntesis no continuando el interesante relato de lo acontecido en el Campeonato de España por Equipos Primera División Norte del 2006, y en vez de ello os aburro comentando una de esas películas clásicas que vi en mi adolescencia que deja una moraleja clave.

La película en cuestión se llama "Juegos de Guerra", fue realizada en 1983, en plena Guerra Fría EEUU-URSS y el protagonista era un "hacker" que conseguía infiltrarse en los ordenadores del Pentágono, exclusivamente por diversión, y conseguía engañar al superordenador americano simulando un ataque soviético. La broma sale mal, y tanto el ordenador como los altos mandos militares americanos se ponen en alerta máxima creyendo que la URSS ha enviado ya misiles a EEUU.

Aunque el prota consigue llegar al Pentágono y explicar que todo ha sido una broma de adolescentes, los militares encuentran con que no pueden detener al ordenador, preparado para responder a un ataque soviético con otro lanzamiento de misiles (es un antecedente bien claro del temido Skynet de la saga Terminator, que verá la luz pocos años después, como el ordenador escapa al control del hombre).

Entonces obligan al ordenador a "aprender", a que calcule absolutamente todas las posibilidades de las consecuencias que tendría un lanzamiento de misiles, la respuesta soviética, la contrarrespuesta americana, etc. Y lo hacen con el "Tic-Tac-Toe", un juego clásico que, bien jugado, siempre acaba en empate.



El ordenador comprueba que no tiene medios para ganar la guerra ya que una respuesta llevaría a la destrucción absoluta. Nadie sería el ganador de la guerra. Todos perderían. El ordenador llega a la conclusión con una frase mítica llamando a la concordia y que resume perfectamente lo que significa una guerra.



"Un extraño juego. La única jugada ganadora es... no jugar"

Estoy en medio de un proceso de divorcio largo y complejo. Mi ex-mujer, en un primer momento, pensó que la guerra era la mejor manera de conseguir lo que quería. Y a tal fin, aprovechándose de la coyuntura y de mis enemigos que ella conoce, decidió lanzar unos cuantos misiles. Pero no contó (o no evaluó correctamente) con los daños que le provocarían mi respuesta. Y entonces se dio cuenta de que nadie saldría triunfador de una guerra y de las consecuencias que eso puede causar a nuestra hija de 5 años. Así que nos hemos sentado a hablar y a negociar, como personas adultas, buscando acuerdos que nos permitan continuar cada uno con nuestras vidas y que de nada sirve hacernos daño: los perjuicios que uno puede causar al otro en nada ayudan a nuestra hija en común. Llevarse bien es mucho mejor que llevarse mal. Cedamos cada uno un poco de nuestra parte por el bien de nuestra hija, que es quien sufre los daños colaterales.

El lanzarse o no a una guerra también depende de lo que puedes llegar a perder. No puedes lanzarte a ciegas pensando que la otra parte no reaccionará e intentará atacar tus puntos débiles. Y si lo que puedes perder es mucho más de lo que puedes ganar, habrás de evaluar si vale la pena. O quizá vale más aplicar la frase

  "Vive y deja vivir"

Evidentemente cualquier otro parecido con otra realidad es pura coincidencia.




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